Desde que empecé a trabajar, antes incluso en mi etapa de becaria, siempre he tenido referentes en las distintas redacciones por las que he pasado. No hay que olvidar que el periodismo tiene mucho de oficio y, como tal, tiene muchas cosas que se aprenden de la experiencia. Aquí se cumple el dicho de que cada maestrillo tiene su librillo. La veteranía en esta profesión es una ventaja añadida y el que piense lo contrario se equivoca. Nos debemos a la sociedad para la que somos imprescindibles en democracia. Ellos se merecen una información de calidad. Es uno de los principales derechos de los ciudadanos. Debemos reflexionar sobre ello todos los días al hacer nuestro trabajo. Tenemos que preguntar por ellos, investigar por ellos, contrastar por ellos. Pelear por su independencia, por su derecho a tener respuestas, a controlar a los poderes y a los poderosos. Tenemos que velar por su intimidad, por su imagen, por los derechos de los que no tienen voz y luchar por dársela. Esa es nuestra función y ese debe ser nuestro objetivo, más aún en estos tiempos en los que la telaraña empresarial tejida a base de porcentajes de audiencias y de ventas, sin códigos éticos, nos devora. La sociedad debe saberlo y tenerlo muy presente. Cuando los derechos se debilitan hay que defenderlos.
Tenemos que recuperar nuestra identidad y salir a la calle a ajercer nuestra profesión orgullosos de los que somos. Somos Periodistas #soyPeriodista.
