Crisis. Da igual en qué idioma casi todos lo escriben similar. Al fin y al cabo los efectos son parecidos. Todos estamos volcados de lleno con la crisis que ya no sólo nos acecha sino que además nos afecta. Diariamente contamos regulaciones de empleo, despidos, negociaciones de distintos sectores como el de la construcción, las subcontratas en general, la automoción y mientras eso hacemos vamos dejando a un lado otro sector, el nuestro, el de la comunicación. Cuando el periodista se convierte en noticia nos cuesta reconocerlo y, más aún, publicarlo. Llevo días viendo como están eliminando de las redacciones a los veteranos, como los despidos también llegan al mensajero, pero parece que no tanto a la opinión publica. Me gustaría pensar que las empresas no estan ejerciendo ninguna censura colectiva para evitar tapar la farsa que están fomentando en defensa de esos planes de austeridad que tan rigurosamente han fabricado. También me gustaría pensar que todos estamos de acuerdo con mantener y mejorar la calidad y no sacrificar a los periodistas que ejercen la profesión de manera responsable y ética, algo que va unido a la experiencia y a los años pendientes de la noticia.
Me gusta la frase del sabio mallorquín centenario que protagoniza el anuncio de la chispa de la vida sobre esta época: "He vivido momentos peores que este pero al final de lo único que te vas a acordar es de las cosas buenas". Seguiremos "pendientes de la noticia".
1 comentario:
..Espero que los planes de austeridad no lleguen también al contenido...
J.
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